BENEFICIOS DE TOMAR EL SOL

En este post te contamos qué debes tener en cuenta para tomar el sol de manera segura este verano y que no perjudique tu salud.

La exposición al sol es necesaria para mantener una buena salud, por ejemplo, para tener unos niveles adecuados de vitamina D, y también es beneficiosa a nivel psicológico, pero es fundamental que se haga siempre con precaución y que tomemos medidas para evitar los múltiples efectos nocivos que también puede tener para nosotros.

Beneficios de tomar el sol

El sol es fundamental para la vida del ser humano. Nos aporta muchos beneficios, algunos de ellos son:

  • Ayuda a sintetizar la vitamina D.
  • Mejora algunas patologías de la piel, como la psoriasis.
  • Mejora el estado de ánimo.

 

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¿Por qué debemos tomar el sol de forma segura?

El bronceado en una piel sana es la respuesta que tiene nuestro organismo para defenderse de las radiaciones solares2. Sin embargo, actualmente tener la piel morena está de moda y se identifica muchas veces con la salud, por eso hay que tener muy presentes los efectos nocivos que puede tener exponerse al sol de forma insegura.

Si la exposición es muy intensa:

  • Pueden aparecer quemaduras solares en la piel.
  • Lesiones oculares.

Si la exposición insegura es frecuente, las consecuencias pueden ser:

  • Manchas en la piel.
  • Envejecimiento de la piel con la aparición prematura de arrugas.

Tanto las quemaduras solares como exponerse al sol de manera frecuente sin protección, puede aumentar el riesgo de que se desarrolle un cáncer de piel. En el caso de niños y adolescentes hay que ser especialmente precavidos porque una sola exposición al sol que produzca quemaduras solares puede aumentar sus posibilidades de tener cáncer de piel en el futuro.

Además, es fundamental tener en cuenta que, el hecho de que una persona esté ya morena no implica que ya no esté expuesta a los efectos negativos del sol, deben usar protectores solares igualmente.

Consejos para tomar el sol de forma segura

Siguiendo algunas pautas, podemos tomar el sol de forma segura para nuestra salud, aunque hay que tener en cuenta que la seguridad total no existe:

  • No tomar el sol entre las 12:00 y las 16:00 horas.
  • Aplicarse protector solar, como mínimo del factor 30, media hora antes de la exposición al sol, y renovarlo cada 2 o 3 horas. Esto debe hacerse tanto en la playa como si estamos en ciudad o en la montaña, y tanto en verano como en invierno.
  • En zonas especialmente sensibles, como la cara o cicatrices de más de 6 meses, utilizar un factor de protección superior. No poner al sol cicatrices de menos de 6 meses.
  • A la hora de elegir un protector solar, comprobar que protege contra las radiaciones UVB y UVA.
  • Utilizar también protección de barrera como gorros, gafas de sol (con protección UV y marcado CE) y ropa.
  • Beber agua con frecuencia, antes de la exposición al sol, durante la misma, aunque no haya sensación de sed, y después.
  • Utilizar sombrilla o permanecer a la sombra. Además, utilizar crema solar en la playa o en la piscina, aunque no se vaya a estar al sol porque hay que tener en cuenta que los rayos solares se reflejan en muchas superficies como la arena, las rocas o el agua y nos alcanzan igualmente.
  • En caso de estar en la montaña o en la ciudad, intentar no estar al sol en las horas centrales del día.
  • No exponerse al sol más de una o dos horas al día, aunque se utilice protección.
  • En el caso de las personas con piel más clara, la exposición al sol debe de ser menor y hacerse de manera progresiva.
  • Aunque el día esté nublado, seguir las mismas medidas de protección.

 

En el caso de los bebés y niños pequeños:

  • Los menores de 6 meses no deben estar en contacto directo con el sol.
  • Entre seis meses y tres años, extremar las precauciones: cubrir a los niños con ropa y gorros, utilizar protección solar elevada (+50 FSP), adaptada a los niños, evitar las horas centrales del día, mantenerse en la sombra todo el tiempo posible e hidratarlos adecuadamente.

 

Además, es muy importante protegerse del sol según cada tipo de piel (fototipo) y ser consciente que estar demasiado moreno aumenta el fotoenvejecimiento a largo plazo. Controlar los lunares, no solo en verano, y si alguno crece, cambia de forma o color o aparece alguno nuevo de rápido crecimiento, consultar con un dermatólogo

 

Autor: Fincador – equipo de redacción

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